A veces viene
desde la tierra misma la tristeza,
viene desde el amor,
desde la ausencia del amor,
desde la piedra o el vegetal al hombre.
A veces está ahí, oscura o despedida
por un pecho inocente.
A veces viene la tristeza de un lugar o del aire,
de la amistad caída o de un nombre vacío,
del sueño o de la infancia,
de una palabra que no pronunciamos,
de lo que creímos y ya no creemos,
de la esperanza y la desesperanza,
de la dura corteza del amor.
A veces viene la tristeza.
A veces hay en la tristeza odio,
ausencia y odio,
ceniza y rostros olvidados,
viejas fotografías y silencio
y una larga desposesión.
A veces viene, irrumpe
como un don invertido,
como un don que se da y no se recibe,
como lo nunca dado a la esperanza
o lo que, en fin, se acepta y da, pero no puede
vivir.
A veces viene.
Viene o está.
A veces hay en la tristeza odio
y arrepentimiento y amor.
José Ángel Valente, La memoria y los signos (1966).
El siguiente corto de Mikaela Guariniello está inspirado en los versos de Valente. Obtuvo el Premio de la audiencia en el Sundance Channel Short Contest.
Es una maravilla de texto, de esos que uno se pregunta “¿pero cómo he podido vivir sin conocerlo?”. Gracias por compartirlo.
Siento que el vídeo no esté disponible, me pareció un corto bastante bueno con una música muy adecuada. Gracias a ti por la visita.
Bueno, pues ya se ve otra vez el vídeo.
Siempre encuentro una nueva maravilla cuando paseo por este lugar en el viento. Lo cual prometo seguir haciendo.